Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y los dos llegarán a ser uno solo. (Gn.2:24)
¿A que se refiere con dejar a su padre y a su madre para unirse con su mujer? Hay varias posibilidades cuando uno trata de interpretar este pasaje. Estas son las siguientes:
- Se refiere a un independizarse de la autoridad de sus padres y comenzar una nueva línea de autoridad
- Se refiere a no vivir en la casa de los padres
- Se refiere a no vivir cerca de sus padres
- Se refiere a que los padres no vivan en casa de los hijos
Analicemos cada una de estas opciones
¿Se refiere a un independizarse de la autoridad de sus padres y comenzar una nueva línea de autoridad?
Definitivamente el texto y el resto del relato Bíblico nos enseña un independizarse de la autoridad de los padres para comenzar una nueva línea de autoridad, pues la Biblia enseña: “que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.” (1Co.11:3) Nota que no dice que la cabeza del varón es su papá, sino Cristo. Entonces el pasaje de Génesis, a la luz de las escrituras, enseña una independencia de autoridad de los padres para comenzar una familia independiente.
¿Se refiere a no vivir en la casa de los padres?
Definitivamente si uno quiere comenzar una nueva línea de autoridad independiente o sin la intromisión de los padres, tendría que uno vivir en una casa diferente a la casa en donde los papás viven y son autoridad. También implicaría una independencia económica de ellos (es decir, no ser mantenido por ellos). Si no se cumplen estas dos características, el nuevo ejercicio de la autoridad no se realizaría en libertad pues los papás tendrían derecho a entremeterse: es su casa y/o son mantenidos por ellos.
¿Que si le rentas una casa a tus papás en donde ellos no viven? Esto sería válido, pues la idea es no vivir en donde el papá sea la autoridad ahí viviendo, pues si fuera así el hijo no podría ejercer su autoridad en libertad. Pero si en cambio, los papás fungen como arrendatarios, los hijos, por el pago que realizan a la casa, tienen el derecho de hacer uso de la propiedad como ellos quieran (obvio, sin dañarla), según el contrato de arrendatario.
¿Es pecado vivir en la casa de tus papás? No, no es pecado, pues por diversas circunstancias económicas y o familiares, pudiera darse una situación así en la que los hijos reciban la asistencia de sus padres para pasar algún bache en sus vidas, pero no es el ideal y no debería ser lo permanente. Algo que sí hay que considerar es que las jóvenes solteras en su mayoría de edad, no se les condena por vivir en casa de sus padres, como se ve en el caso de Tamar:
Judá le dijo a Tamar, su nuera: «Vuelve a la casa de tus padres y permanece viuda hasta que mi hijo Sela tenga edad suficiente para casarse contigo». (Gn.38:11)
¿Se refiere a no vivir cerca de sus padres?
No, no se refiere a eso, sino que se refiere a independizarse en autoridad, en espacio y en economía de los padres. Históricamente en la sociedad agrícola judía, lo que los hijos hacían cuando se iban a independizar y casarse era construir una casa junto a la casa de su papá (eran vecinos). ¿Porqué? porque tanto el papá como el hijo o los hijos trabajaban en la misma hacienda del padre, siendo los hijos los futuros herederos. Es decir, era un negocio familiar. Así que las nueras eran vecinos de los suegros.
Esto lo vez con Jacob viviendo en la hacienda de su suegro y trabajando para su suegro (Gn.29). Lo vez también en Jacob y sus hijos, quienes ya como adultos casados trabajaban apacentando las ovejas de sus padres (Gn.37:12). Trabajaban juntos y vivían juntos en una gran colonia que estaban formando (Gn.42:1-2; Gn.46:7) llegando a ser 70 personas (Gn.46:7).
Jesús también enseña esto en la parábola del hijo pródigo en donde los dos hijos trabajaban en la hacienda de su padre. El hijo mayor cuando le reclama a su padre le dice:
Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste. Y en todo ese tiempo, no me diste ni un cabrito para festejar con mis amigos. 30 Sin embargo, cuando este hijo tuyo regresa después de haber derrochado tu dinero en prostitutas, ¡matas el ternero engordado para celebrar!”. 31 »Su padre le dijo: “Mira, querido hijo, tú siempre has estado a mi lado y todo lo que tengo es tuyo. (Lc.15:29-31)
En la tradición judía, cuando el hijo se quería casar, iba, se desposaba con la novia y regresaba a la casa de su padre a preparar un lugar independiente donde él pudiera vivir junto con su esposa en la hacienda de su padre. Jesús imitando el mismo proceder nos dijo:
En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. 3 Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén. (Jn.14:2).
…y tiene sentido que esto sea así pues al final de cuentas el hijo iba a heredar la hacienda del padre.
¿Se refiere a que los padres no vivan en casa de los hijos?
Una cosa es que los hijos vivan en casa de los padres, que como ya vimos, no es lo ideal porque bloquea el ejercicio de autoridad del hijo en libertad, pero ¿que de los padres viviendo en casa de los hijos? Muchas veces los padres, particularmente las madres, quedaban desprotegidas por viudez y terminaban vivían en casa de los hijos o de sus yernos. ¿Está mal esto?
Bueno pues tenemos el caso de Nohemí quién vivió en casa de su nuera, y fungió como nana del hijo de Tut:
13 Así que Booz llevó a Rut a su casa y la hizo su esposa. Cuando se acostó con ella, el Señor permitió que quedara embarazada y diera a luz un hijo. 14 Entonces las mujeres del pueblo le dijeron a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que te ha dado ahora un redentor para tu familia! Que este niño sea famoso en Israel. 15 Que él restaure tu juventud y te cuide en tu vejez. ¡Pues es el hijo de tu nuera que te ama y que te ha tratado mejor que siete hijos!».16 Entonces Noemí tomó al niño, lo abrazó contra su pecho y cuidó de él como si fuera su propio hijo. 17 Las vecinas decían: «¡Por fin ahora Noemí tiene nuevamente un hijo!». Y le pusieron por nombre Obed. Él llegó a ser el padre de Isaí y abuelo de David. (Rut.4:13-17)
También tenemos el caso de Pedro quien hospedaba a su suegra en su casa:
Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, la suegra de Pedro estaba enferma en cama con mucha fiebre. 15 Jesús le tocó la mano, y la fiebre se fue. Entonces ella se levantó y le preparó una comida.” (Mt.8:14-15)
Nota que la suegra vivía en la casa de Pedro, no era Pedro viviendo en la casa de la suegra. Y para que ella esté viviendo ahí es porque seguramente no tenía casa donde vivir y/o esposo que se ocupara de ella. ¿Estaba mal que Pedro hiciera eso? No, de hecho era el deber de los hijos ver por los padres cuando estos no pudieran valerse por sí mismos. Típicamente el hijo mayor era el encargado de ver por la madre, por eso Jesús, al morir, como hijo mayor le pasa dicha responsabilidad a su discípulo Juan, quien se encargó de la mamá de Jesús hasta el final de sus días:
Cuando Jesús vio a su madre al lado del discípulo que él amaba, le dijo: «Apreciada mujer, ahí tienes a tu hijo». 27 Y al discípulo le dijo: «Ahí tienes a tu madre». Y, a partir de entonces, ese discípulo la llevó a vivir a su casa. (Jn.19:26-27)
Es por eso que Pablo también instruye a los hijos de las viudas que se ocupen de ellas:
Trata a las mujeres mayores como lo harías con tu madre y trata a las jóvenes como a tus propias hermanas, con toda pureza.3 Atiende a toda viuda que no tenga a nadie quien la cuide. 4 Pero, si ella tiene hijos o nietos, la primera responsabilidad de ellos es poner en práctica la sumisión a Dios en su hogar y retribuir a sus padres al cuidarlos. Esto es algo que le agrada a Dios. (1Ti.5:2-4)
Esto, como lo vemos en el caso de Nohemí, o de la suegra de Pedro o de la mamá de Jesús, podría implicar que la madre o el padre tuviera que vivir en casa del hijo para recibir su provisión de techo y comida. Los hijos más opulentos podrían ponerle a sus padres una casa aparte y darles una renta para su sustento, pero no todos podían hacer eso y la Biblia nos da ejemplo de ello.
En conclusión
Así que, a la luz de todo el texto bíblico, el “dejar a tu padre y a su madre” no significa que no puedas recibir a tus padres en tu casa para que vivan contigo cuando lo lleguen a necesitar; tampoco significa una prohibición a vivir en proximidad a ellos, se refiere más bien a independizarse de los padres en economía, espacio y autoridad para comenzar una nueva familia.