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¿Podemos tener dos o más pastores?

Gracias por tu pregunta… muy interesante, pues su respuesta bíblica rompe paradigmas muy arraigados dentro de la iglesia, dentro del liderazgo. Para lo cual quiero que comprendas esto antes que nada: los pastores no somos perfectos, tenemos nuestra lucha contra el pecado, a veces caemos, nos levantamos, y también vamos avanzando, junto con las ovejas, en el proceso de crecimiento y madurez. Si estamos en el liderazgo, es porque hemos alcanzado un grado de madurez y conocimiento que nos permite tomar dicho cargo, pero no hemos llegado a la perfección, sino que seguimos siendo transformados de gloria en gloria pareciéndonos más y más a Cristo (1Co.5:18)

Definamos el oficio de pastor

Habiendo dado esta nota aclaratoria, entremos al tema. Primero definamos a lo que nos referimos como pastor. En la biblia al pastor también se le conoce como anciano o obispo, quien está encargado de:

  1. Ministrar la palabra (Hch.6:2; Tit.1:9; Tit.1:1,2,6; 2Ti.4:2)
    Una de las funciones del pastor es enseñar la Palabra. Pero no es solo un conferencista o maestro, va más allá, pues toma responsabilidad por la gente que está a su cargo, lo que nos lleva a la segunda función:
  2. Cuidar del rebaño (1Pe.5:1-2; Tit.2:15; 2Ti.4:2)
    Esto se realiza muy específica: alimentando al rebaño con la palabra (función anterior), estando al tanto de cómo están (Jn.10:14), para exhortarlos, reprenderlos, redargüirlos, consolarlos con toda paciencia y doctrina (2Ti.4:2). En pocas palabras, se ocupa del trabajo de crianza espiritual.
  3. Administrar la casa de Dios (Tit.1:5-7; 1Ti.5:9; 17-18; 3:14-15)
    La otra función de los pastores es administrar la casa de Dios, sus recursos, sus horarios, sus actividades, etc.

¿Podemos tener 2 o más pastores?

La Biblia en ningún lugar nos dice que solo es permitido uno, sino al contrario, Santiago menciona que había varios ancianos (pastores) en la iglesia y que acudieras a ellos (no a uno):

¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. (Stg.5:14)

Pedro también habló de la autoridad de los ancianos en plural, y exhortando a los jóvenes que se sometan a ellos, en plural (1Pe.5:1-5). Dichos ancianos, pastoreaban junto con Pedro, a la iglesia: “Y ahora, una palabra para ustedes los ancianos en las iglesias. También soy un anciano”. Lo mismo sucedía con Pablo, quien, pastoreaba a las iglesias, y ponía también a otros pastores junto con él para ayudar en el trabajo de crianza espiritual, por eso en su primer viaje misionero, él junto con Bernabé: “nombraron ancianos en cada iglesia” (Hch.14:23), y a Tito por eso le dijo: “Te dejé en la isla de Creta para que pudieras terminar nuestro trabajo ahí y nombrar ancianos en cada ciudad, tal como te lo indiqué.” (Tit.1:5). En la iglesia de Jerusalén también no solo había uno, sino varios ancianos pastoreando a la iglesia ahí:

Cuando llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia, los apóstoles y los ancianos, y allí contaron todo lo que Dios había hecho con ellos. (Hch.15:4)

Nota que estaban los “ancianos” y los “apóstoles”… y ambos grupos pastoreaban a la iglesia. Pablo, de hecho menciona que Santiago, Pedro y Juan, que eran los líderes en Jerusalén (Ga.2:9) quienes hacían el trabajo pastoral; y él mismo hacía eso, pues su trabajo de pastoreo no lo hacía solo, sino que se apoyaba de Timoteo (1Co.4:17), de Tito (Ti.1:5), entre otros. Por eso no es de extrañarse que Santiago hablara de que llamaras a los ancianos (en plural) para que oraran por ti, o que Pablo hablara de que los Corintios tuvieran “miles de tutores en Cristo” (1Co.4:15) —y cuando Pablo hablaba que solo él era el padre espiritual de la iglesia de Corintios no está negando la existencia de otros tutores que contribuyen en el trabajo de crianza espiritual. No, sino que solo está hablando de su responsabilidad mayor para supervisar su crianza como padre espiritual por él haberles dado a luz por medio del evangelio. Pero en ningún momento está hablando de limitar esta crianza a un sola persona, pues acto seguido, dice que les enviará a Timoteo para que continúe con dicho proceso (1Co.4:16).

Entonces, bíblicamente, podemos concluir que sí, es posible tener varios pastores. Esto lo vemos aún ahora en nuestros días: en una iglesia típicamente está el pastor general, y el pastor de jóvenes —por lo que un joven tendría dos pastores. Nos encontramos también al pastor enfocado a la dirección operacional de la iglesia que prácticamente no recibe gente ni está al tanto de ellas, y a otro pastor que está al cuidado de las ovejas, de cerca ellas. Así sucedió con Pablo, quien por estar en la cárcel o ausente por sus viajes, se enfocó a la parte organizacional y operativa de la iglesia mientras que se apoyaba de otros líderes para el pastoreo de la iglesia de cerca (Timoteo, Tito, etc.). De igual manera el marido es pastor de su esposa y de sus hijos a quien debe enseñarles la palabra y estar al pendiente de ellos supervisando su salud y bienestar espiritual —no por nada la Biblia dice que las mujeres deben preguntar a sus maridos las dudas espirituales que tengan (1Co.14:35) y que los padres deben enseñar la Biblia a los niños (Dt.6:7). Así que la esposa y los hijos tienen al padre de familia como su primer pastor, y además tiene como pastor al líder de la iglesia (dos pastores). También hay quienes se congregan en 2 o más iglesias, por ejemplo, para recibir en una y para servir en otra, y así tiene dos pastores a los cuales está sometido. Esto es posible por 3 razones: la autoridad limitada de los pastores, la unidad del cuerpo de Cristo y la capacidad limitada de los pastores.

1) Autoridad limitada de los pastores

La Biblia enseña que la única persona que tiene una absoluta (total, sobre todas las cosas) es Dios y Cristo. Todos los demás tenemos una autoridad limitada: a un territorio (espacio), a un grupo de gente, a un código moral, a un tiempo, y a unos cuantos servicios. Los pastores igualmente, tienen una autoridad limitada ¿sobre qué área?, ¿sobre los asuntos espirituales de la vida de sus miembros? No, pues todo en esta vida es espiritual, pues todo involucra normas, principios, diseños y propósitos divinos. Si dijéramos que el pastor tiene autoridad sobre todos los asuntos espirituales de la vida de sus miembros estaríamos diciendo que gobiernan sobre todas las áreas de la vida de sus miembros, volviéndolos en sus esclavos —y la Biblia dice claramente: no os hagáis esclavos de los hombres (1Co.7:23). No, no gobiernan sobre el “área espiritual”, sino sobre el área de servicio en el que están a cargo: el de la enseñanza de la Palabra, la oración, la exhortación, la organización y dirección de la iglesia local. Y como está limitada a la iglesia local durante el tiempo de las reuniones, los miembros están libres de someterse a cualquier otro pastor en otro lugar y en otro tiempo (por eso pueden asistir a dos o más iglesias sin ningún problema en el tema de la autoridad, y por eso puede el esposo y padre de familia su función de pastor de su hogar sin ningún conflicto con la autoridad del pastor de la iglesia a la que asiste). El pastor no puede gobernar sobre todo tu tiempo, sobre toda tu vida, sino solo sobre el tiempo y espacio asignado a las reuniones y eventos en los que asistes. Por eso, si asistes a otra iglesia, mientras que no interfiera con las actividades y reuniones en las que te has comprometido en la primer iglesia, no debería haber ningún problema. Eres libre para de usar tu tiempo fuera de la iglesia como gustes —pero no para satisfacer los deseos de la carne. Pero bueno, este tema de la autoridad limitada lo vemos a detalle en el taller de autoridad en varias sesiones, particularmente en la sesión 7.

2) La unidad del cuerpo de Cristo

La unidad del cuerpo de Cristo es otra razón por la cual es posible tener varios pastores. Uno podría concluir, equivocadamente “bueno, sí, se pueden tener varios pastores, pero dichos pastores deben ser de la misma iglesia-organización-denominación”. Y no es así. Pablo, por ejemplo, se valía de la ayuda de tutores con ministerios independientes al suyo, como Apolos (1Co.3:6,16:12), Bernabé o Pedro (1Co.1:12; Ga.2:11-13). Y esto es posible porque, aunque son ministerios independientes y diferentes, formamos parte de un solo Cuerpo, que profesa la misma fe en los puntos cruciales del evangelio, que tiene el mismo Espíritu, la misma Palabra de Dios y un mismo Señor. No seremos de la misma iglesia local o la misma denominación, pero somos del mismo cuerpo de Cristo. Por lo mismo los que te dicen que “tienes que escoger solo un pastor”, te están diciendo en realidad que “escojas a quien sigues”, como sucedió en la iglesia de Corintios:

Algunos de ustedes dicen: «Yo soy seguidor de Pablo». Otros dicen: «Yo sigo a Apolos» o «Yo sigo a Pedro», o «Yo sigo únicamente a Cristo». (1Co.1:12)

Y ¿qué dijo Pablo en cuanto a esta actitud? ¿A caso les dijo “sí, tienen que escoger solo uno porque solo pueden tener un pastor…solo pueden seguir a un líder”? ¿les dijo acaso eso? No, sino que los reprendió con estas palabras por dicha actitud:

13 ¿Acaso Cristo está dividido en facciones? ¿Fui yo, Pablo, crucificado por ustedes? ¿Fue alguno de ustedes bautizado en el nombre de Pablo? ¡Por supuesto que no! (1Co.4:13)… Tienen celos unos de otros y se pelean entre sí. ¿Acaso eso no demuestra que los controla su naturaleza pecaminosa? ¿No viven como la gente del mundo? Cuando uno de ustedes dice: «Yo soy seguidor de Pablo» y otro dice: «Yo sigo a Apolos», ¿no actúan igual que la gente del mundo? 

Después de todo, ¿quién es Apolos?, ¿quién es Pablo? Nosotros solo somos siervos de Dios mediante los cuales ustedes creyeron la Buena Noticia. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor nos encargó. Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer. No importa quién planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla. El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito. Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo. Pues ambos somos trabajadores de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios. (1Co.1:13,3:3-9)

Los que exigen que decidas a quién sigues, están cayendo en el mismo grave error de sectarismo de la iglesia de Corintios. A los tales Pablo no solo reprende sino que amenaza de que podrían ser destruidos por causar destrucción al cuerpo de Cristo con sus sectarismos:

16 ¿No se dan cuenta de que todos ustedes juntos son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en ustedes? 17 Dios destruirá a cualquiera que destruya este templo. Pues el templo de Dios es santo, y ustedes son este templo… Así que no se jacten de seguir a un líder humano en particular. (1Co.4:16-17,21)

3) Capacidad limitada

La tercer razón por la cual es posible tener a varios pastores, es porque el pastor no solo tiene autoridad limitada, sino capacidad limitada, es decir, no lo puede hacer todo: requiere del tiempo, conocimiento, experiencia y/o don de otros ministerios fuera del suyo. Por eso, como vimos anteriormente, Pablo pedía el apoyo de Apolos, aunque este no fuera parte de su ministerio. Es evidente que no era parte de su ministerio porque no estaba bajo su autoridad, por eso Apolos se negó a acudir al llamado de Pablo de ir a visitar a la iglesia de Corintios: “En cuanto a nuestro hermano Apolos, le rogué encarecidamente que en compañía de otros hermanos les hiciera una visita. No quiso de ninguna manera ir ahora, pero lo hará cuando se le presente la oportunidad”. (1Co.16:12). Fíjate en la humildad de Pablo para reconocer que el no podría proveerle a los de Corintios de todo lo que necesitaban y se apoyaba de otros miembros del cuerpo de Cristo fuera de su “denominación” o “ministerio”. Hay pastores que presumen de que con lo que ellos te proveen es suficiente, y que no necesitan exponerse al conocimiento o don de nadie mas… ni el gran Pablo llegaba a tal presunción. La realidad es que tenemos deficiencias que tienen que complementarse con el ministerio de otras personas —personas, las cuales, muchas veces, están fuera de nuestra iglesia local. Y los pastores saben esto, por eso invitan a pastores y líderes de otras iglesias. Por ejemplo, muchas veces no basta el consejo de un pastor, de hecho la Biblia dice que “la victoria se alcanza con muchos consejeros” (Pr.11:14). ¿Qué conflicto podría tener un pastor con que busques consejo de otros pastores? Ninguno, de hecho, la Biblia recomienda dicho proceder. La única razón por la cual le molestaría sería por celo ministerial, o por temor a que salga a relucir que lo que dijo fue un mal consejo.

Si esto es así, y la Biblia es muy clara en cuanto a no caer en sectarismos “escogiendo a que lider-pastor sigues”, como si Cristo estuviera dividido, ¿por qué se te pediría que escojas a que pastor sigues? o ¿por qué tendrían conflicto con que busques el consejo de otros pastores? La cruda realidad es porque somos inmaduros, carnales y pensamos como el mundo (1Co.3:3-4). Y es que, como te dije al inicio, aún como líderes estamos en proceso de crecimiento y madurez, aún no hemos llegado a la perfección. Por favor, perdona nuestras fallas y ora por nosotros. La verdad muchas veces tenemos como nuestra principal agenda nuestra vanagloria (la grandeza de nuestro ministerio, la gloria del número de gente que tenemos, el deseo que la gente nos siga y nos “admire”), y eliminamos cualquier competencia que pudiéramos tener, cualquier competencia que nos haga ver como ignorantes en algún tema, o que exponga deficiencias o errores, o que robe participación o los reflectores a nuestro ministerio. No es un interés genuino por las ovejas, aunque a veces se quiera disfrazar como tal. Se les dice a las ovejas: “es que quiero protegerte de una posible mala influencia de otros líderes”, como si ellos fueran infalibles o exentos de caer: “¿Y quien me va a proteger de ti, si te llegas a desviar, si solo me dejas atender tus enseñanzas y tu consejo?” ¡es la pregunta que se les debería hacer! Ni Pablo asumía que siempre estaría bien, por eso se incluía entre los que pudieran predicar algo diferente cuando dijo: “si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.” (Ga.1:8). Pedro se desvió en un comportamiento-enseñanza que contradecía la enseñanza del evangelio, pero Pablo lo reprendió en público para hacerlo volver y para advertir a otros de su error (Ga:11:13). Y Pedro atendió con humildad la reprensión de Pablo, pues su prioridad no era defender su dignidad, o su reputación, sino la verdad. Muchos, sin embargo, tienen miedo de tener a algún Pablo en sus vidas que los reprenda y los hagan verse mal ante los miembros de su iglesia —cuando la grandeza de uno no está en la infalibilidad sino en la humildad para reconocer un error. Así que eliminamos a los Pablos (otros pastores) en nuestras vidas y en las vidas de los miembros de nuestras iglesias; por eso les prohibimos que tengan a otros pastores, asistan a otras iglesias, y buscamos eliminar la influencia de los pastores o líderes que nos cuestionen, reprendan o nos hagan ver mal por nuestro pecado, error o ignorancia. Pero esto denota que buscamos defender más nuestra reputación y apariencia más que la verdad de la Palabra de Dios y las ovejas. ¿O acaso no sería genial que si te doy un mal consejo, al tú rebotarlo con otro pastor saliera a relucir que lo que te dije estaba mal a la luz de la Biblia? ¿Acaso no sería genial que me hicieran ver mi error? ¿Acaso no sería genial que te hayan advertido de dicho error mío y no hayas caído en él?… pero no hay tal deseo, sino un temor a quedar mal parado, aún a costa de llevarnos de encuentro a las ovejas y la Palabra de Dios. Pedro en su humildad recomendaba las cartas escritas por Pablo (2Pe.3:15), los pastores de de hoy dudo mucho que hicieran eso si hubieran estado en su lugar: “¿cómo? ¿promover los escritos de otro pastor que me reprendió publicamente y me dejó humillado frente a todos? ¡Jamás!”. Al contrario, te dirían: “escoge a quien sigues si a Pablo o a mi… porque no puedes servir a dos señores”… como si Cristo estuviera dividido. Ojalá todos aprendiéramos de la humildad de Pedro.

Como vez, hay muchas deficiencias por inmadurez por falta de carácter, pues nuestro corazón como líderes aún no está suficientemente curtido. Sorry, tendrás que tolerar estas y otras fallas, pues a pesar de ellas, somos hijos de Dios y Dios nos usa en el pastorado… aunque el resultado a veces sea agridulce.

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