Es genial ver lo que Dios está haciendo en tu vida: como no solo te ha liberado, sino que ahora quiere ayudar a otros a ser libres a través de ti. Por toda la sensibilización que Dios te ha dado es fácil ver que Dios te ha dado el don de discernimiento de espíritus. Pero el don requiere sabiduría-discernimiento para su correcto ejercicio. Para ello ya tienes el taller de liberación en el que se te explican los principios que operan en el tema de liberación, pero además de ello te quiero dar unos principios o directrices que te guiarán específicamente en el don de liberación que Dios te ha dado.
1) No hables lo que sientas sin antes poner un filtro
Las impresiones que tienes en tu espíritu no deben estar conectadas directamente a tu boca, es decir no debes de decir todo lo que te percibes en tu espíritu. La impresión que sientes en tu espíritu debe pasar primero a tu mente donde es analizada, filtrada y luego, si pasa el filtro, entonces hablada o actuada. No seas atrabancada. Como dice Pablo: el espíritu del profeta está bajo el dominio del profeta (i.e.: puedes controlarte).
2) La Biblia como componente de este filtro
Percibes el mundo espiritual con mucha facilidad y puedes recibir impresiones, imágenes o mensajes del mundo espiritual, pero no todo lo que uno percibe es de Dios. Lo demonios también hablan a nuestro espíritu, por eso Pablo (1Jn.12:3) y el apóstol Juan (1Jn.4:1-3) tenían que poner lineamientos para discernir lo que los profetas hablaban pues no siempre escuchaban la voz del Espíritu, sino la voz del enemigo. Esto es particularmente importante porque Pablo nos advierte que muchos se desviarían por escuchar doctrinas de demonios (1Ti.4:1)… y no en cosas acá super demoniacas, sino en cosas “inofensivas” pero que atentan contra nuestra libertad y el orden de Dios. Así por ejemplo si en mi impresión espiritual digo a una mujer casada: “tu sumisión a tu esposo está mal” cuando Dios ordena la sumisión de las esposas a los esposos, pues es obvio que al que estoy escuchando no es al Espíritu de Dios sino al del diablo. Una persona con mayor sensibilidad a escuchar el mundo espiritual debe conocer la Biblia mucho más que una persona normal.
3) La sabiduría-prudencia como componente de ese filtro.
No todas las cosas vienen en la Biblia, aunque ella nos da la sabiduría para discernir la normativa a seguir en casos en donde la Biblia no nos habla directamente. Si siento, por ejemplo, que tal persona tiene un demonio, no siempre es apropiado decírselo a la persona, así que tengo que discernir si es apropiado decirlo o no. También tu discernimiento de tal o cual espíritu no significa que tengas que liberar a la persona o al lugar, solo por que lo detectaste. Si siento en mi espíritu que todos deben ir a tal lugar y hacer tal cosa, y veo que no es ni apropiado ni prudente, es muy probable que no sea una impresión que venga del Espíritu. En una ocasión un hermano, por ejemplo, se quedó sin dormir toda la noche porque escuchaba al “Espíritu” que le decía que marchara, que marchara en su cuarto (por toda la guerra espiritual) así que se quedó marchando horas y horas… sin darse cuenta que así no opera el Espíritu Santo, sino demonios que nos lleva a hacer o decir cosas sin sentido.
4) El discernimiento a través de lo que vez y escuchas como componente de ese filtro
A veces puedes sentir que tal persona tiene tal o cual demonio, pero no está evidenciado por ningún hecho. Por ejemplo, siento que tal persona tiene un demonio de lujuria, pero no tiene luchas con esa área, ni ha dado muestras de comportamiento lujurioso y al hacerle preguntas comenta que no hay nada de eso en su vida, entonces seguramente mi impresión está mal. Si siento que una persona tiene una legión, y yo se que las legiones poseen por completo a la persona controlando por completo su vida, y no veo ninguna señal de eso, es obvio que mi impresión espiritual está equivocada o viene del enemigo. Así que tu impresión espiritual tiene que ir acompañada de lo que tus sentidos ven y de preguntas de indagación que realizas para corroborar que sea correcta dicha impresión.
5) No hay demonios asintomáticos y sin causales
Todos los demonios tienen un efecto que se manifiesta, o una evidente base legal. No es como el Covid cuando nos decían que podrías tener Covid asintomático: estás perfectamente sano, y comoquiera te acusaban de tenerlo —obviamente esas cosas eran patrañas. Igual aquí, la presencia de demonios se manifiesta por los resultados y/o por las puertas de pecado que abrió. Si no hay puertas abiertas y no hay fruto que lo evidencíe, entonces no hay demonio… aunque perciba en mi espíritu que sí lo hay.
6) No te fíes por tus aciertos.
No dejes que tus aciertos en tus impresiones espirituales te den una falsa seguridad. Pedro en Mt.16 inspirado por Dios declaró que Jesús era el Mesías, y luego en unos versículos más abajo, empezó a hablarle a Jesús palabras inspiradas por Satanás. Tendrás aciertos en tu sentir y discernimiento, pero también puedes ser inspirada por el enemigo, cuanto más cuando no tienes los filtros bien formados dentro de ti. Aquí la iglesia te ayudará a filtrar lo que tus filtros no te dan porque están en proceso de formación.
7) No seas muy contundente
Por lo anterior, no puedes ser muy contundente en tus impresiones, aseverar con tal certeza y de forma decisiva que las cosas son tal cual como las sientes. Manéjate con cautela y humildad.
8) No liberes sin quitar la base legal
Aunque sabemos que los demonios pueden salir por la represión en el nombre de Jesús, el Señor en su sabiduría y misericordia, no lo hace mas que en situaciones especiales, pues sabe que puede producir más daño que bienestar. Así que no liberes a personas ni lugares sin primero quitar la base legal: guiando al individuo a que pida perdón, o pidiendo perdón por los pecados cometidos en ese lugar (y asegurándonos que los que habitan en se lugar se arrepintieron como para no seguir con dichas prácticas) guía primero a la persona a pedir perdón. Hay ocasiones en los que llegan demonios sobre lugares o sobre personas sin base legal alguna, cuando sea así, reprende con toda libertad que, por no haber base legal, se tienen que ir. Pero si sí hay base legal, estarás gastando saliva dioquis.
9) No te pongas a dirigir una liberación
En lo que que eres instruida en el ejercicio de este don, mi recomendación es que no te pongas a dirigir una liberación, ni coordines a otros en dicho proceso, sino sólo coopera, dando tus impresiones, tus opiniones y orando. Pues por la inmadurez que tienes en el ejercicio del don, aun no se discierne si las desviaciones que a veces manifiestas son producto de la falta de construcción de filtros fuertes o porque todavía hay demonios dentro de ti que se tengan que sacar. Mientras que no tengas filtros fuertes, puedes encontrarte siendo dirigida por algún demonio y no Dios. Sin embargo, si no hay nadie más ahí para hacerlo, y es sumamente necesario, o es sobre asuntos en los que tu tienes autoridad, siéntete en la libertad de liberar, pues tienes lo mínimo necesario para entrarle al quite en situaciones así… además tenemos un check list ya publicado, el cual, si se sigue tal cual, no hay peligro a que uno agarre monte cuando ayuda a otros a ser liberados.
10) No te metas a reprender a principados
Los principados gobiernan sobre naciones completas, los principados así como las potestades de pecado superiores que controlan naciones o comunidades enteras no se van por que las reprendas. Se van cuando la balanza de pecado vs justica se inclina en su contra. Por ejemplo, de nada servirá que hable a las potestades de prostitución y las reprenda en lugares donde proliferan, si la gente sigue no arrepentida entregada a dichas prácticas. Uno tiene que orar contra esas potestades de pecado directamente al Señor para que él las debilite y las saque de ese lugar, PERO además, tiene que uno hacer trabajo de evangelismo y de predicación de la palabra para ganar los corazones de los residentes de dicho lugar y así inclinar la balanza del pecado-justicia en contra de dicha potestad y así, al no haber suficiente pecado que les de base legal, vuelvan a ser enviados al abismo por el mismo Señor.
11) Cuida tus nomenclaturas y expresiones
Cuida tus expresiones en el ejercicio de tu don. Por ejemplo, hay gente que dice “me cubro con la sangre de Cristo” cuando en realidad no se utiliza la sangre de Cristo como conjuro protector. Pero hay otras expresiones como “desautorizo”: cuando la única forma de desautorizar a un demonio, es quitando la base legal por medio de pedir perdón a Dios por medio de Jesús. O gente en el oficio de liberación que ordena los demonios que les devuelvan lo robado y les traigan de vuelta la bendición que perdieron, cuando no debemos poner a los demonios a hacer eso, pues es brujería. A lo que voy, es que hay expresiones que adquirirnos, que suenan “buenas” y “cristianas”, pero desafían todo principio y normativa operacional del mundo espiritual. Tienes que analizar cada expresión que utilizas y encontrarle su fundamento, y si no lo tiene, desecharlo.
12) Tienes que entender bien los principios bajo los que opera el mundo espiritual
Por ejemplo: no voy a reprender un principado y liberar una nación si no he quitado la base legal o volteado la balanza de pecado-justicia de la nación en su contra. No puedo echar fuera espíritus de personas haciendo viajes astrales, puestas no obedecen el nombre de Cristo, tenemos que pedirle a Dios que él los saque. No voy a usar rituales no autorizados para liberar. No voy a cerrar portales por donde salen demonios, cuando los demonios van y vienen del infierno a placer por muchos lados. etc. etc. En pocas palabras, para moverte en este mundo de la liberación, no basta el don, sino que va a requerir de ti que conozcas las reglas de juego, sino el enemigo te va a chamaquear.
Espero esto te ayude… habrá más cosas que complementar a esta lista que iremos descubriendo mientras que trabajamos juntos en el ejercicio de este don.