Fueron las peores elecciones en la historia Estados Unidos: plagada de fraudes, encubrimientos por los medios liberales y censura en las redes. Una vez oficializado Biden como candidato ganador, las Big-Tech (facebook, google, twitter, etc.) hicieron un ostentoso despliegue de poder al censurar Trump siendo todavía presidente. Al poco tiempo Parler, competencia de twitter pero sin su censura, es eliminado de Google Play y de Apple. No suficiente con eso, Amazon la corre de sus servidores eliminándola del internet por completo. Los demócratas liberales (y algunos republicanos) no contentos con todo esto, deciden hacerle otro fallido juicio político a Trump. Si este nivel de ilegalidad, fraude y de censura se pudo realizar contra quién ocupó la posición de mayor poder en el país, y contra una empresa que tenía gran cantidad de recursos… ¿qué se puede esperar para personas normales como tu y como yo? Bueno, así de mal termina el período de Trump, como el preludio a un mal augurio.
Comienza el nuevo gobierno Biden. Él prometió no gobernar con órdenes ejecutivas como lo haría un “dictador”, pero fue lo primero que hizo al firmar 17 ordenes que revertían políticas del gobierno de Trump para regresar a la era de Obama: Se reinstala la ideología de genero con lo que hombres biológicos pueden entrar al baño de mujeres o competir con ellas en deportes —dejando a las mujeres expuestas y en desventaja. Vuelve el fondeo a las clínicas de aborto dentro y fuera del país —alentando así a la industria que mas personas ha matado en la historia. Se quita financiamiento a la seguridad fronteriza y se ordena parar la detención y deportación de inmigrantes ilegales —cosa que un juez de Texas tuvo que revertir pues no le corresponde al presidente sino a los legisladores cambiar la ley. Se detiene la construcción del oleducto Keystone para que se siga transportando por tren el petróleo asegurando ganancias a su dueño Warren Buffett amigo de Biden. Se reintegra al tratado climático de parís con lo que se implementarán medidas que “ecológicas” que ahorcarán aún más le economía. Se reintegra a la Organización Mundial de Salud a pesar de estar coludida con China en su encubrimiento y mal manejo de la pandemia. Y todo esto sin contar que previamente Biden añadió a su equipo de trabajo a miembros de la Big-Tech como Amazon, Google, Apple, Microsoft, entre otros.
Biden prometió sanar y unir al país, pero su gobierno no está buscando estrechar lazos con la oposición, sino su eliminación: los conservadores que votaron por Trumpo ahora son tachados de supremacistas blancos terroristas, y si no eres blanco, eres un “supremacista blanco multirracial”. Se habla de “programas de desprogramación” o “campos de reeducación” para quitarles “lo extremista”. Se están proponiendo legislaciones para que se “cataloguen como personas no aptas para el servicio en el gobierno” a aquellos que votaron por Trump o participaron en sus marchas. Y lo sucedido en el capitolio está dando la excusa al gobierno de Biden, en alianza con las Big-tech y los centros de inteligencia, para convertir al país en un estado policial con vigilancia al estilo KGB para deshacerse de la oposición catalogada como “enemigos internos”, “extremistas terroristas”.
Como cristiano ¿qué puedes esperar de un presidente que en su primer acto de gobierno intentó violar la ley con una orden ejecutiva, que quiere avanzar la ideología de género y la causa proaborto dentro y fuera del país, que está dispuesto a ahorcar la economía para avanzar la agenda ecológica, y que busca etiquetar, censurar y eliminar la oposición conservadora? Si con Trump en el poder pudieron robar las elecciones, con ellos ahora en el poder, se asegurarán de no perderlo —y me temo que lo lograrán.
El gobierno de Trump era el principal obstáculo a la agenda globalista anticristiana. Por eso era tan odiado. Sus políticas defendían causas cristianas como la libertad, la vida, la verdad (la realidad biológica), los derechos constitucionales, la legalidad y el sentido común. Con el fin de su gobierno ya no hay más obstáculo, la élite globalistas está lista para devorar a los que no se unan a su agenda.
Aunque el futuro pinte muy mal, para el cristiano estas son buenas noticias pues la Biblia habla en Ap.12:1-6 que el dragón, que representa el sistema del anticristo, tenía que estar en posición, listo para devorar a la iglesia naciente, cuando esta es arrebatada al cielo (ver más). El dragón ya está listo, y la iglesia está por terminar su nacimiento, es decir, el número de creyentes que formarán el parte del cuerpo de Cristo está por completarse… lo que indica que ya, en cualquier momento, tendremos que seremos arrebatados.
Son tiempos de mucha expectativa y emoción. Sigamos santificándonos, no dejemos de hacer su obra a pesar de la censura y oposición, y ayudemos a los débiles en la fe a persistir hasta el final. Maranatha (el Señor viene)