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No escoges a tu familia

3 veces en el hospital por situaciones relacionadas con la columna, pareciera casualidad, pero como te he comentado, Dios nos mete en procesos y no nos saca de ahí hasta que hayamos aprendido y cambiado lo que él ha ordenado para nuestras vidas. Hemos platicado ya de algunas cosas anteriormente que quiere enseñarte/cambiar en ti, pero no te has aplicado y sigues reprobando el examen —lo pudimos constatar en las últimas pláticas que tuvimos. Te queremos como a una hija y nos duele verte estancada atorada en la misma problemática emocional-espiritual. Son varias, pero comenzaré con el asunto de tu familia

Sigues sufriendo la falta de atención y cariño por parte de tu familia física. Te sientes sola, sea que estés en tu casa o en el hospital —obviamente el sentimiento se incrementa en tiempos de hospitalización; y te hemos comentado: 1) Dios quiere que aprendas a llenarte con Él y no con tu familia y 2) te ha dado una familia espiritual (la iglesia). Pero no solo has cortado lazos con tu familia física por su faltas, sino que también te has distanciado de tu familia espiritual, también por cosas que no te gustan. En tu mente tienes la fantasía de que si tan solo tuvieras la familia perfecta, una familia que cumpla tus ideales, te dejarías de sentir sola y serías feliz. Has llegado hasta el punto de considerar irte con tu amiga Marcela a USA para integrarte en su comunidad de solteros para buscar ese ideal. Estás persiguiendo una fantasía que no te hará feliz, 1) por que la familia perfecta no existe y porque 2) aunque existiera, no te haría feliz, pues nada en este mundo te podrá hacer feliz mas que tu relación con Dios. La felicidad no la dan las personas ni las circunstancias ideales, sino solo Dios. Cuando aprendas a ser feliz con Dios, logras hallar contentamiento en cualquiera que sea tu circunstancia, y en cualquier tipo de relación. 

¿Quiere tener una familia? Debes aprender este principio: tú no escoges los miembros de la familia en la que naces. Esto es una realidad tanto para la familia física como para la familia espiritual. Los miembros de familia no solo no los escoges, sino que, además, son imperfectos. Dios diseñó esto así con varios propósitos: él quiere enseñarnos convivir y a amar a gente que no escogemos, y a hallar contentamiento con gente imperfecta que muchas veces nos cae mal, nos ofende o no corresponde nuestro amor. En otras palabras Dios utiliza a la familia para forzarnos a madurar. Para muchos la familia, lejos de ser una situación placentera ha sido un horno formativo. Mi caso fue así: en mi juventud muchas veces añoré salirme de mi casa porque no soportaba mi situación familiar, pero Dios no lo permitió y gracias a eso pude madurar: aprendí a soportar a personas difíciles, a perdonar, a ser bondadoso y benigno con quien no lo merece, aprendí a amar sin ser correspondido, a llenarme con Dios y a sanar con mis heridas con él… en otras palabras: aprendí a poner mi cristianismo en práctica.

Dios quiere llevarte por ese mismo proceso hacia la madurez, por eso te ha colocado con una familia física y espiritual imperfecta, pero no te deja sola, él está contigo y te ha dado todos los recursos que necesitas para vencer en cualquier situación. Se que tu quieres evitar toda incomodidad, y por eso te alejas; pero en dicha zona de confort no hay madurez, no hay propósito, no hay sentido, no hay trascendencia pues no fuiste creada para vivir para ti, sino para Dios llevando a cabo tu contribución en beneficio de los demás. Él nos dio un ejemplo en Jesús. El dijo que no vino para ser servido (no vino para vivir para él), sino para servir (vivir para los demás). Y para llevar a acabo dicha contribución tuvo que soportar con mucha paciencia insultos, maltratos, así como la incredulidad, maldad, ignorancia e inmadurez de la gente que lo rodeaba. En una ocasión lo llevaron al borde de su paciencia que exclamó: “¡Ah, generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos?” (Mt.17:17), pero no desistió, sino que continuó amando, soportando y sirviendo a los pecadores hasta que concluyó su obra en la cruz, en donde exclamó: “consumado es”. 

Suena paradójico, pero es en medio de esta incomodidad en la que se encuentra el sentido de la vida y la trascendencia y tu has estado huyendo de ella porque mantienes tu enfoque en ti. Cortaste lazos con tu mama porque tu mama por lo egoísta y ofensiva que es contigo. Cortaste lazos con tu familia de carne por el desinterés que mostraron en ti. Cortaste lazos con la iglesia porque no soportas a algunos de sus miembros (al paso que vas terminarás cortando lazos con medio mundo pues no hay nadie lo suficiente perfecto para ti)…  y sin embargo es a todos ellos a quienes el Señor te llamó servir y amar. Jesús te dijo: si amas solo a los que te aman ¿qué méritos tienes? aún hasta los pecadores hacen eso. No, tu eres cristiana, tú tienes acceso a una relación con Dios que te llena de su amor, tienes su perdón que te libra de la deuda eterna que tenías por tus pecados, tienes al Espíritu Santo que te consuela en todos tus dolores y tribulaciones; tienes una vida eterna que disfrutarás con gloria y autoridad, y tienes su Palabra que te instruyen en cuanto a lo que es mejor… no, de ti se espera mucho más que a los incrédulos. De ti se espera que seas luz y testimonio a los que no lo conocen o a los que se han enfriado, de ti se espera que seas de bendición a los de la familia de la fe. Para eso fuiste dejada aquí en este pequeño lapso de vida, para que seas testigo de su amor y mensaje para los que te rodean.

Por eso, si tu familia natural muestra desinterés, no cortes lazos con ellos, ¡al contrario!, muestrales el amor que Cristo tiene por ellos al procurarlos y ayudarlos en su fe; lo mismo para con tu mamá, no la abandones sino procúrala y soporta por amor a Cristo sus debilidades. Si los hermanos de la iglesia son difíciles de tolerar, ámalos, que puedan ver en ti un ejemplo a seguir en el trato y la conducta. Recuerda “el amor no guarda rencor, todo lo sufre, todo lo soporta, todo lo perdona” (1Co.13). Pero ¿cómo podrás hacer eso si no te llenas del amor de Dios primero? ¿Cómo podrás llenarte si todavía sigues buscando llenarte con el amor de personas egoístas y falibles que te rodean? ¿No ha sido suficiente el trato de Dios en tu vida para que entiendas que no debes buscar llenarte con la gente que te rodea?  Dios quiere que aprendas a depender de él en todo sentido y no de las personas, por eso las cambia continuamente: en su amor y fidelidad pone gente a tu alrededor para ayudarte y amarte, pero esa gente ahora está, y luego ya no, ahora están bien contigo, pero luego ya no. Es Dios quien quiere que aprendas a verlo detrás de las personas: las personas varían, pero él es la eterna constante; el amor y el interés de las personas terminan, pero su amor e interés por ti es permanente. Por eso, de entre todas las personas tú deberías sentirte la más privilegiada, la más amada por Dios, pues desde pequeña, al verte en necesidad, puso a tus abuelos para ti cuando tus papás fallaron, te dió amigos, se presentó a ti con el mensaje de salvación y te dio una familia espiritual que no deja de orar por ti, te dió habilidades y un trabajo que te gusta, y su provisión nunca te ha faltado —a tu corta edad tienes tu propia casa, carro, trabajo y el suficiente ingreso para darte tus gustos; y lo más importante, murió tu muerte para que tu pudieras vivir. Deberías sentirte en deuda con Dios y buscar retribuírselo viviendo para él. Has recibido tanto que eres tú la que deberías estar buscando ayudar y bendecir a los menos afortunados. Pero esto solo es posible si aprendes a llenarte en Cristo, pues tu vacío, a pesar de tanta bendición, te lleva a vivir una vida egoísta y ensimismada y sin sentido.

Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos. (2Co.5:15)

¿Cómo te ayudamos? Te receto talleres que se que necesitas aplicar para salir de tu situación, y no los ves, te amonestamos para que apliques por tu bien lo que la Biblia enseña y no lo haces… no queda más que hacer sino solo seguir orando por ti confiando en que Dios hará lo necesario para alinearte a su voluntad. Hay gente que entiende por la buena, otros por la mala. Por tu bien, ahórrate sufrimientos innecesarios y entiende por la buena.

Te amamos

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