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Divorciarte o Seguir a Cristo

Listo, ya encontré un tiempo para contestarte:
He estado en situaciones similares, así que se lo difícil que es lidiar con una esposa que juega a la víctima, o que te desacredita o inventa falsos para dejarte en mal, y peor si ella no está dispuesta a reconocer sus errores. Parecería insoportable la situación, y para cualquier hombre natural lo lógico sería pensar en el divorcio… pero no tú. Tú como cristiano en teoría le has rendido tu vida a Jesús y estás dispuesto a dar tu vida para seguirlo y mantenerte fiel a sus enseñanzas… y Jesús ordena: “que el hombre no se divorcie de su esposa.” (1Co.7:10-11). Las únicas cláusulas de salida del matrimonio entre cristianos que Dios permite son por fallecimiento, infidelidad, abandono, y peligro de muerte, las cuales ninguna aplican en tu situación

¿Por qué prohibiría Jesús el divorcio en una situación de matrimonio como la que tu estás viviendo? La respuesta es sencilla: porque él te da todos los recursos para saber cómo lidiar con dicha situación. Digo ¿Qué te hace tu esposa?

¿Te hace la vida difícil? La Biblia dice que te “consideres muy dichoso” porque esta es una oportunidad para persistir en la fe y forja el carácter de Cristo ejercitando los frutos del Espíritu en tu vida (Stg.1:2-4; Ro.5:3-5).

¿Levanta injurias en tu contra? ¿te hace quedar mal ante la gente?
La Biblia te dice que te alegres cuando tengas que sufrir injustamente soportando insultos, calumnias y maltratos, porque grande será tu recompensa (1Pe.3:14; Mt.5:11-12).

¿Te desaprueba continuamente?
La Biblia te enseña que debemos tener en nada la aprobación o desaprobación de los hombres pues como cristianos solo debemos buscar la aprobación de Dios. De hecho, si no aprecian lo que hacemos por ellos, es mejor para nosotros pues nuestro Padre nos lo va a recompensar (1Co.4:3-4; Ga.1:10; Lc.14:12-14)

¿Estás cansado de tratar de hacerla feliz sin éxito?
El Señor te enseña que ese no es tu trabajo, tu trabajo es llevarla a la fuente de agua de vida (a Jesús) para que su sed sea saciada (Jn.4:14), y predicarle con el ejemplo (Fil.3:17)

¿Te ha fregado la vida?
La Biblia enseña que, por cuanto amas a Dios con todo tu ser, todo lo que sucede obra para tu bien de acuerdo a los propósitos de Dios para ti. Cualquier cosa que tu esposa haga en tu contra solo desatan los planes de Dios para ti (Ro.8:28-29)… y por otro lado, tenemos una vida eterna por delante; si esta fuera solo nuestra única vida, habría razón para llorar (1Co.15:19), pero no es así, al contrario, esta tribulación te añade un mayor peso de gloria eterna (2Co.4:16-18). Lloriquear en nuestra situación sería tan ridículo como ver a Slim, el hombre más rico de México, lloriquear por que le robaron 10 peso, cuando tiene billones en su cuenta.

¿Te ha dañado psicológicamente (emocionalmente)?
La Biblia te enseña que con Dios se pueden restaurar todas las heridas emocionales, daños y dolores psicológicos (Is.61:1; 2Co.1:3-7), de hecho te enseña que lo que realmente te daña son tus reacciones pecaminosas, no lo que la gente hace en tu contra. (Mt.15:11-18)

¿Te hace infeliz?
El Señor nos enseña a ser felices en cualquiera que sea nuestra situación (Fil.4:11), pues nuestra felicidad no está en relaciones, personas o circunstancia, sino en nuestra relación con él (Ro.5:1-11) y en las maravillosa herencia que tiene preparado para nosotros (Mt.6:19-20; Ro.8:35-39)

¿Qué más te ha hecho tu esposa? ¿Te ha hecho gachadas difíciles que se te hacen difíciles de perdonar?
Un principio de justicia es que la condena tiene que reflejar el valor de aquello que se ofende o se daña, así que ¿que condena crees que se merezca el que peque contra el ser cuyo valor no se puede cuantificar? ¿qué condena podría vindicar el valor del único eterno Dios? Ni toda la humanidad que haya existido ni existirá, se igualan a su valor. El valor de todo lo que hay en el planeta, ni el planeta mismo, pudieran compararse con su valor. Ni nuestro planeta con todo lo que hay, ni nuestro sistema solar, ni nuestra vía lactea, ni todas las estrellas y planetas de nuestra galaxia, ni billones de universos, ni el cielo con todos sus ángeles se podrían comparar, ni remotamente, con el valor del Creador Todopoderoso. Tu pecado contra Dios te hace merecedor del infierno por la eternidad… y sin embargo Él te perdonó porque se lo pediste. En cambio, el pecado que ha cometido tu esposa contra ti es infinitamente menor pues tú no eres Dios sino un simple mortal, y sin embargo ¿no puedes extender hacia ella un poco de misericordia como Dios hizo contigo? El Señor te advierte que si tu no perdonas de corazón, tu pecado tampoco te será perdonado (Mt.18:21-35)

Brother, la situación que estás viviendo son una excelente oportunidad para aprender a amar a tu enemigo, a devolverle bien por el mal que te hace, a ser amable y bondadoso con alguien que no lo es, desarrollar la paciencia con sus debilidades y defectos, aprender a perdonar, a sanar, administrar tus pensamientos, etc. En otras palabras, es una excelente oportunidad para forjar el carácter de Cristo en ti y avanzar en madurez. Dios quiere que reflejes en tu esposa el amor que él tiene por su pueblo (un pueblo rebelde, terco, malagradecido, etc. Etc.).

Para lograr esto Dios “nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda” (2Pe.1:3). De tu parte, aunque llevas años de cristiano, aún no conoces los recursos que Dios nos ha dado, pues si las supieras estarías rebosando de gozo por la prueba que estás viviendo, no intentando divorciarte. Por eso mi urgencia a que veas el material que te he compartido para que sepas cómo vencer en medio de la situación que estás viviendo…

Dice Pedro 1:7 que nuestra fe tiene que ser probada como el oro para ver si es auténtica o no. Muchas personas profesan fe en Cristo al inicio, pero luego, “al venir aflicción por causa de la Palabra, se apartan” (Mt.13:21). En tu caso, por lo que me comentas, no estás dispuesto a seguir la Palabra de Jesús si eso conlleva aflicciones. No estás dispuesto a permanecer casado si eso conlleva algo de sufrimiento. No te sientas solo, no serías el único, pues a lo largo de la historia miles se han apartado desobedeciendo algún mandato de Jesús para no sufrir a manos de los judíos, de los romanos, de la inquisición, del gobierno, de familiares, de amigos o de la esposa… no por nada Dios advierte que los cobardes tendrán su lugar en el lago de fuego (Ap.21:8)

Si dices “es que lo que pide Dios es muy difícil”, sí, lo sé, es difícil por nuestra naturaleza pecaminosa, pero no imposible si es que tenemos al Espíritu de Dios. Pablo dice: “La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y, si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.” (Ro.8:7-9). En otras palabras: si tienes al Espíritu sí puedes, sino, es porque ni siquiera has nacido de nuevo y sigues controlado por la naturaleza pecaminosa… y, como dice Pablo: “si ustedes viven conforme a la naturaleza pecaminosa, morirán; pero, si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán” (Ro.8:13).

Y esto me lleva a estos dos puntos: si tu fe es genuina, estarás dispuesto a “sufrir por Cristo” y avanzarás en el proceso de discipulado para saber cómo vencer en medio de la dificultad que estás viviendo alcanzando nuevos niveles de madurez en tu fe. Si tu fe no es genuina, te apartarás del mandamiento de Jesús para evitar sufrimiento, y en este caso, tus problemas matrimoniales son el menor de tus problemas, pues tienes uno mayor: el escapar de la condena eterna en el lago de fuego.

Como dice Pablo: “examínate para saber si tu fe es genuina. Pruébate a ti mismo” (2Co.13:5). Si quieres continuar en la fe y seguir avanzando, con gusto continuamos con el proceso y reagendamos la sesión de sanidad emocional pendiente.

Si quieres claudicar en la fe, y continuar con el divorcio, te voy a dar un tip para que tu esposa te pueda dar el divorcio: dile que no eres cristiano, que no te interesa seguir a Jesús y que ya no quieres vivir con ella. De esta forma ella te dará el divorcio sin problema pues ella sabe que “si el esposo o la esposa que no es creyente insiste en irse, dejen que se vaya. En esos casos, el cónyuge creyente ya no está ligado al otro, porque Dios los ha llamado a ustedes a vivir en paz” (1Co.7:15)

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