En cuanto a tu inquietud, es cierto, la Biblia dice claramente que las mujeres no deberían de gobernar sobre el hombre, y que en la iglesia debería el varón tomar el liderazgo (con sus excepciones, las cuales ya explicamos en el taller de Viva el Patriarcado). Sin embargo, esto no elimina por completo la participación de la mujer en la Biblia. En la Biblia te encuentras que las mujeres fungían como:
- Profetas
nos hospedamos en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete; 9 este tenía cuatro hijas solteras que profetizaban. (Hch.21:8-9) // Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; (Hch.2:17) // En cambio, toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra al que es su cabeza; es como si estuviera rasurada. (1Co.11:5) - Diáconas
Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea. (Ro.16:1) - Evangelistas
—No te aferres a mí —le dijo Jesús—, porque todavía no he subido al Padre; pero ve a buscar a mis hermanos y diles: “Voy a subir a mi Padre y al Padre de ustedes, a mi Dios y al Dios de ustedes”. 18 María Magdalena encontró a los discípulos y les dijo: «¡He visto al Señor!». Y les dio el mensaje de Jesús. (Jn.20:17-18) // Luego le dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que él es realmente el Salvador del mundo». (Jn.4:42) - Anfitrionas
Cuando cayó en cuenta de esto, fue a casa de María, la madre de Juan, también llamado Marcos, donde muchas personas estaban reunidas orando. (Hch.12:12) // Ella y los de su casa fueron bautizados, y nos invitó a que fuéramos sus huéspedes. «Si ustedes reconocen que soy una verdadera creyente en el Señor—dijo ella—, vengan a quedarse en mi casa». Y nos insistió hasta que aceptamos.(Hch.16:15) - Maestras
Esas mujeres mayores tienen que instruir a las más jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, 5 a vivir sabiamente y a ser puras, a trabajar en su hogar, a hacer el bien y a someterse a sus esposos. (Tit.2:4) - Asistentes
Debe ser alguien que se haya ganado el respeto de todos por el bien que haya hecho. ¿Crio bien a sus hijos? ¿Fue amable con los extranjeros y sirvió con humildad a otros creyentes? ¿Ha ayudado a los que están en dificultades? ¿Ha estado siempre dispuesta a hacer el bien? (1Ti.5:10) - Patrocinadoras
Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; Susana y muchas más que los ayudaban con sus propios recursos. (Lc.8:3) - Salmistas
Caso de Deborah (Jue.5); María (Lc.1:46-55); Miriam (Ex.15:21) - Pueden orar en público
En cambio, toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra al que es su cabeza; es como si estuviera rasurada. (1Co.11:5) - Otros servicios sin distinción de género
Dios, en su gracia, nos ha dado dones diferentes para hacer bien determinadas cosas. Por lo tanto, si Dios te dio la capacidad de profetizar, habla con toda la fe que Dios te haya concedido. 7 Si tu don es servir a otros, sírvelos bien. Si eres maestro, enseña bien. 8 Si tu don consiste en animar a otros, anímalos. Si tu don es dar, hazlo con generosidad. Si Dios te ha dado la capacidad de liderar, toma la responsabilidad en serio. Y si tienes el don de mostrar bondad a otros, hazlo con gusto. (Ro.12:6-12) // Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.(Col.3:16) // Por lo tanto, hermanos, cuando ustedes se reúnan, tal vez cada uno tenga un salmo, una enseñanza, una revelación, un mensaje en lengua extraña, o una interpretación; pero todo deben hacerlo para la edificación.(1Co.14:26)
¿Qué entonces del pasaje que enseña que las mujeres no deben hablar en la congregación?
Los pasajes que restringen la participación de la mujer son los siguientes:
en la congregación las esposas deben guardar silencio, porque no les está permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. 35 Si la esposa quiere aprender algo, que le pregunte a su esposo en su casa, porque no es apropiado que una mujer hable en la congregación. (1Co.14:34-35 RVC)
Que la mujer aprenda en silencio y con toda sujeción, 12 pues no permito que la mujer enseñe ni ejerza dominio sobre el hombre, sino que guarde silencio. 13 Porque primero fue formado Adán, y después Eva; 14 y el engañado no fue Adán, sino que la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión. (1Ti.2:11-14 RVC)
¿El pasaje se dirige a todas las mujeres?
No, sino solo a las casadas, pues dice claramente “si la esposa quiere aprender algo”, y “pregunte a su esposo”.
¿Significa que no pueden hablar nada en absoluto?
No, no les está pidiendo que se vuelvan mudas. Si la instrucción fuera un absoluto silencio definitivamente la criada llamada Rode cometió un pecado cuando entró a la iglesia para informar que Pedro estaba libre (Hch.12:13-14), Pedró también habría pecado al hacer que Safira hablara en la congregación acerca del asunto de su ofrenda (Hch.5:7-8); María, la madre de marcos, y quien ponía su casa como lugar de reunión para la iglesia, no hubiera podido dar instrucciones en cuanto al correcto uso de su casa durante las reuniones (Hch.12:12). Obviamente si no pudieran hablar en lo absoluto en la congregación tampoco podrían orar en la congregación, ser diaconisas, no profetas, ni instruir a otras mujeres, como enseña la Biblia que sí pueden hacer. Además Pablo instruye la forma en la que las mujeres deben profetizar y orar en la iglesia (1Co.11:5) ¿Entonces? Pablo solo les está pidiendo que, en su rol de alumnas, de personas instruidas por el liderazgo de la iglesia, deben abstenerse de interrumpir (con preguntas o contribuciones) la enseñanza impartida por el anciano o maestro. Para no interrumpir, las dudas deben realizarse a sus maridos, quienes tiene la responsabilidad de la instrucción espiritual en sus casas.
¿Cual es el motivo de dicha ordenanza?
En 1Co.14 Pablo está dando instrucciones para el correcto desarrollo de la reunión de iglesia. Pone en orden la participación de todos los congregantes, los que profetizan, los que hablan en lenguas, etc. En 1T.2 continúa con los lineamientos del orden del culto enseñando la vestimenta apropiada, cómo debe conducirse la oración, etc., y dentro de ese orden que establece para el culto en ambos pasajes, da la instrucción del correcto comportamiento de las mujeres casadas es que aprendan en silencio y sumisión a sus maridos. El pasaje está encaminado a transmitir la idea de que la mujer puede deshonrar a su marido no mostrando una actitud y participación que muestre que está bajo su autoridad. Si la mujer está casada, entonces tiene que dar señal clara, en la forma en la que se conduce en la iglesia, de que está bajo autoridad del esposo. No puede tomar un papel protagónico como si ella dirigiera la relación matrimonial y espiritual de ambos. Ese lugar fue dado al varón cristiano. Tampoco puede conducirse en la iglesia como si fuera soltera: preguntando y participando sin permiso o sin darle su propio lugar a su marido. Las mujeres deben acudir a sus esposos para contestar dudas de la Biblia o de la enseñanza que se da en la iglesia. Al hacer esto, las mujeres le dan su lugar a sus maridos como cabeza, pastor y sacerdote de la familia, y presionan su desarrollo como tal (pues el marido es obligado a atender sus inquietudes). Nota que esta es la actitud o el proceder cuando las mujeres están en la posición de congregantes receptoras de la enseñanza que se imparte (es decir, cuando están en su función de estudiantes). Esta instrucción, sin embargo, no obstaculiza la participación que pueden tener en la iglesia, pues el mismo Pablo que dijo que las mujeres no hablen en la iglesia y que aprendan en silencio, dió instrucciones a que los profetas hablen (1Co.14:29) —y la Biblia enseña que hay mujeres profetas, como vimos arriba—, enseña que pueden ser maestras (Tit.2:4), diaconisas y que pueden poner su don al servicio de la iglesia… pero a la luz de 1Co.14:34-35 y 1Ti.2:11-14, siempre debe hacerse en sumisión a sus maridos, bajo su liderazgo, y bajo el liderazgo de la iglesia. De hecho, Pablo instruye que las mujeres, para que puedan orar o profetizar en la iglesia, deben tener una señal de autoridad sobre su cabeza (1Co.11:1-12), justamente, por este mismo principio.
En Minas tenemos algo similar en la reunión sabatina. En teoría la enseñanza de la reunión sabatina se da en forma de ponencia, no en forma inductiva por medio de preguntas realizadas al público (como se realiza los martes), así que sería inapropiado que la gente interrumpiera. Lo mismo parece que sucedía en la iglesia primitiva: las predicaciones se daban en forma de ponencias (y puedes ver claramente que era así pues Pablo era conocido por sus largos discursos: Hch.20:11), pero al parecer las mujeres tenían el hábito de interrumpían las enseñanzas con preguntas o comentarios, lo cual causaba desorden y Pablo consideraba ofensivo para los maridos quienes eran saltados en el proceso de la transmisión de la enseñanza. Los tiempos han cambiado pero el principio sigue siendo el mismo: las mujeres no deben saltarse a sus maridos en su rol y participación en la iglesia y deben darle a sus maridos su lugar de autoridad aún delante de la congregación.
La otra explicación se desprende de la forma en que se llevaba a cabo la iglesia en el contexto cultural-histórico de la iglesia primitiva, la cual Chuck Smith explica:
La iglesia primitiva seguía el modelo de la sinagoga judía. Los hombres se sentaban en un lado y las mujeres en el otro. Ahora ya no seguimos el modelo de la sinagoga judía. Nos mezclamos. Lo hacían porque sentían que las mujeres podían distraerlos, así que las mantenían separadas en un lado y a los hombres en el otro para que no se distrajeran con ellas. Aquí, mientras están sentados juntos, si se dice algo que no entienden bien, pueden decir: “¿Qué quiere decir con eso?” O pueden escribir una nota: “¿Qué quiere decir eso?” Allí, como sus esposos estaban al otro lado, “Cariño, ¿de qué está hablando?” Pablo dijo: “Que las mujeres guarden silencio, sus mujeres guarden silencio, sus esposas guarden silencio. Si ella quiere aprender algo, si tiene un problema, una pregunta, que te pregunte cuando llegues a casa. Es una vergüenza la forma en que las mujeres claman en la iglesia”. No se les prohíbe orar, profetizar, ejercitar los otros dones del Espíritu. Se les prohíbe llamar a sus maridos desde el otro lado de la sala y pedirles una explicación de lo que se está diciendo o de lo que está sucediendo. “Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus maridos en casa; porque es indecoroso que las mujeres hablen así en la iglesia”. (cita)
Lo mismo dice David Guzik (cita), de hecho, él comenta acerca de 1Ti.2:2 cuando Pablo dice “que las mujeres deben aprender en silencio”:
La mujer aprenda en silencio: Esta desafortunada traducción ha llevado a algunos a creer que está prohibido que las mujeres hablen incluso en las reuniones de la iglesia. Pablo usa la misma palabra traducida como silencio en 1 Timoteo 2:2, y allí se traduce como pacífica. La idea es sin contienda en lugar de silencio total.
i. En otros lugares del Nuevo Testamento, incluso en los escritos de Pablo, se menciona específicamente a las mujeres orando y hablando en la iglesia (1 Corintios 11:5). Aprender en silencio tiene la idea de que las mujeres reciben la enseñanza de los hombres que Dios ha elegido para dirigir en la iglesia, con sumisión en lugar de contienda.
ii. La sumisión es el principio; aprender en silencio describe la aplicación del principio.
iii. Algunos han dicho que la razón de esto es que en estas culturas antiguas (así como en algunas culturas actuales), los hombres y las mujeres se sentaban en secciones separadas. La idea es que las mujeres interrumpían el servicio de la iglesia gritando preguntas y comentarios a sus esposos durante el servicio. Clarke expresa esta idea: “Era lícito que los hombres en las asambleas públicas hicieran preguntas o incluso interrumpieran al orador cuando había algún asunto en su discurso que no entendían; pero esta libertad no se concedía a las mujeres”. (cita)