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¿Porque no dejas que comience desde cero?

En la reunión que tuvimos en donde hablamos del apoyo que se le estaba dando a uno de los obreros preguntaste ¿por qué no dejar que empiece de cero como tú lo hiciste? ¿Por qué hacerlo tú? ¿Por qué el deseo de apoyarlo?

La respuesta es por un principio que la Biblia enseña: debemos ayudar a otras personas a edificar sobre lo que uno ha edificado. Estos pasajes te enseñan este principio:

Los profetas, que anunciaron la gracia reservada para ustedes, investigaron cuidadosamente acerca de esta salvación. 11 Querían descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando testificó de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de las glorias que vendrían después de estos. 12 A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que les servían a ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron acerca de las buenas noticias por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas. (1Pe.1:10-12)

¿Si te das cuenta? Dios puso a sus siervos a trabajar como pioneros dando un mensaje sobre el cual otras personas iban a edificar su fe. No estaban comenzando de cero buscando la revelación de Dios acerca del Mesías. Los profetas tampoco pensaban, esta revelación es para mi, tú búscate la tuya de parte de Dios… no sino que Dios les mostró a dichos profetas: este trabajo no es para ti, sino para otros que vendrán después. Bajo este principio todo pastor y maestro de la enseñanza comparte lo que Dios le enseña, pues sabe que lo que aprende no es solo para él mismo sino para compartirlo con otros y jamás piensa “yo le invertí horas de estudio para conocer esto, que los demás hagan su chamba para encuentren los mismos tesoros que yo encontré”. 

Lo mismo sucede con la chamba evangelística y de expansión del evangelio, Jesús les dijo a sus discípulos lo siguiente: 

Yo los he enviado a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros se han fatigado trabajando y ustedes han cosechado el fruto de ese trabajo. (Jn.4:38)

Nota como el Señor les estaba enseñando el principio de no empezar desde cero sino aprovechar el trabajo que Dios ha ordenado hacer a otros. Construir sobre lo otros han hecho, pues hacer lo contrario sería extender el reino de la forma más ineficiente que se pueda uno imaginar. 

Esto no solo aplica a la revelación, o al trabajo misionero, sino también al aspecto económico. Pablo fue llamado a ser apóstol, pionero, en la fundación de muchas iglesias por todo Europa, pero él sabía que su trabajo no era solo para su beneficio personal, sino para que también fuera una plataforma económica para el ministerio de otras siervos, no por nada le dijo a Tito:

Haz todo lo que puedas para ayudar al abogado Zenas y a Apolos en su viaje. Asegúrate de que se les dé todo lo que necesiten. 14 Los nuestros tienen que aprender a hacer el bien al satisfacer las necesidades urgentes de otros; entonces no serán personas improductivas. (Tito.3:13-14)

¿Cómo? ¿Apolos y Zenas beneficiándose económicamente de las iglesias que ellos no fundaron? Así es… y Pablo mismo lo fomentaba. De hecho, Pablo incluso propuso recolectar ofrenda para los cristianos de Jerusalén (para los Apóstoles que estaban allá pues el dinero ellos lo recibían): 

Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda a los hermanos, 26 ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de Jerusalén. 27 Lo hicieron de buena voluntad, aunque en realidad era su obligación hacerlo. Porque, si los no judíos han participado de las bendiciones espirituales de los judíos, están en deuda con ellos para servirles con las bendiciones materiales. (Ro.15:25-27)

Fíjate como Pablo no dijo “que Pedro y los apóstoles en Jerusalén se rasquen con sus propias uñas recibiendo ingresos de sus propias iglesias, ¿Porqué habrían recibir de las iglesias que yo abrí?”. Pablo sabía que su trabajo era para bendición y catapulta de otros ministerios, de hecho la iglesia de Corintio que Pablo fundó sostenían o otros ministros (pero no a Pablo):

ustedes sostienen a otros que les predican, ¿no deberíamos tener nosotros aún mayor derecho a que nos sostengan? (1Co.9:12)

El trabajo de Pablo también permitió que los ancianos que Pastoreaban fueran bendecidos con un salario:

Los ancianos que gobiernan bien deben considerarse dignos de doble honor, mayormente los que se dedican a predicar y enseñar. 18 Pues la Escritura dice: «No pondrás bozal al buey que trilla», y: «Digno es el obrero de su salario.»  (1Ti.5:17-18)

Dichos ancianos no fundaron dichas iglesias, sino Pablo, y ellos se estaban beneficiando de su trabajo… y Pablo esperaba que fuera así. El apóstol Juan también decía eso:

Querido amigo, le eres fiel a Dios cada vez que te pones al servicio de los maestros itinerantes que pasan por ahí aunque no los conozcas. 6 Ellos le han contado a la iglesia de aquí de tu cariñosa amistad. Te pido que sigas supliendo las necesidades de esos maestros tal como le agrada a Dios; 7 pues viajan en servicio al Señor y no aceptan nada de los que no son creyentes. 8 Por lo tanto, somos nosotros los que debemos apoyarlos y así ser sus colaboradores cuando enseñan la verdad. (3Jn.1:5-8)

Nota que los maestros itinerantes se beneficiaban la infraestructura eclesiástica que ellos no construyeron, y Juan esperaba que fuera así. 

Y es que todo esto tiene sentido ¿por qué dejarías que alguien comience de ceros cuando puedes ayudarle a que su comienzo sea más favorable? ¿acaso no hacemos esto con nuestros hijos? Claro, esperamos que nuestros hijos se beneficien de nuestros ingresos, nuestra experiencia, nuestro conocimiento, nuestros negocios y que no empiecen de ceros, pues esto es amor.

Hay gente que es llamada a ser pionera, a comenzar de ceros (aunque nadie comienza totalmente de ceros sino que usa la contribución que otros le han aportado en uno o varios aspectos de su ministerio, aunque sea pequeña), pero no son todos. La mayoría es llamada a comenzar usando la plataforma que otros han iniciado y construir sobre eso, para que los que sigan, continúen construyendo, así el cuerpo de cristo se desarrolle a su plenitud, como dice la Biblia:

Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor. (Ef.4:16)

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