Disculpa por la tardanza en contestarte. Por lo saturado en el trabajo no pude contestarte antes, pero aqui te doy la respuesta.
Primero tenemos que tener en claro que Dios no solo no aprueba ese tipo de uniones, sino que las aborrece
No practiques la homosexualidad, al tener relaciones sexuales con un hombre como si fuera una mujer. Es un pecado detestable. (Lv.18:22)
Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. 27 Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. (Ro.1:26-27)
¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad 10 o son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de esos heredará el reino de Dios. (1Co.6:9-10)
Asimismo no se olviden de Sodoma y Gomorra ni de las ciudades vecinas, las cuales estaban llenas de inmoralidad y de toda clase de perversión sexual. Esas ciudades fueron destruidas con fuego y sirven como advertencia del fuego eterno del juicio de Dios. (Jud.1:7)
Como en la sociedad es cada vez más aceptable y cada vez mejor visto, corremos el riesgo de aclimatarnos a dicha corrupción, pero Jesús nos recuerda que Dios no cambia su parecer ante el pecado aunque la sociedad lo empiece a ver como algo bueno:
les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación. (Lc.16:15)
Participar en una unión que Dios desaprueba contraviene su ordenanza de no participar en las obras infructuosas de las tinieblas, sino al contrario, reprenderlas:
Averigüen bien lo que agrada al Señor. 11No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas (Ef.5:10)
Obviamente esto no es nada agradable, pues te ocasiones el odio de la gente, como sucedió con Jesús:
El mundo no tiene motivos para aborrecerlos; a mí, sin embargo, me aborrece porque yo testifico que sus obras son malas. (Jn.7:7)
Ceder nuestra posición para empezarnos a adoptar a lo que el mundo celebra, sería perder nuestra “salinidad”
Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. (Mt.5:13)
El que el cristiano sea invitado a celebraciones de cosas que Dios desaprueba no es nada nuevo. En la iglesia primitiva se les invitaba a los cristianos a participar de las celebraciones de comidas dedicadas a ídolos, y muchos en su ignorancia participaban. Pero fíjate la reprensión de Jesús por participar de dichas celebraciones:
tengo unas cuantas cosas en tu contra: que toleras ahí a los que se aferran a la doctrina de Balám, el que enseñó a Balac a poner tropiezos a los israelitas, incitándolos a comer alimentos sacrificados a los ídolos y a cometer inmoralidades sexuales…. Pero tengo una queja en tu contra. Permites que esa mujer —esa Jezabel que se llama a sí misma profetisa— lleve a mis siervos por mal camino. Ella les enseña a cometer pecado sexual y a comer alimentos ofrecidos a ídolos. 21 Le di tiempo para que se arrepintiera, pero ella no quiere abandonar su inmoralidad. (Ap.2:14, 20-21)
Pablo nos explica que esta mal, no porque los alimentos estén envenenados, sino porque al participar de los alimentos de dicha celebración, es participar con el objeto de la celebración —en ese caso, los demonios:
¿Qué es lo que trato de decir? ¿Que la comida ofrecida a ídolos tiene alguna importancia o que los ídolos son dioses verdaderos? 20 No, de ninguna manera. Lo que digo es que esos sacrificios se ofrecen a los demonios, no a Dios. Y no quiero que ustedes tengan parte con los demonios. 21 Ustedes no pueden beber de la copa del Señor y también de la copa de los demonios. No pueden comer de la Mesa del Señor y también de la mesa de los demonios. 22 ¿Qué? ¿Acaso nos atreveremos a despertar los celos del Señor? ¿Piensan que somos más fuertes que él? (1Co.10:19-22)
Es aqui donde la decisión se restringe a dos opciones: querer agradar a Dios, o querer agradar a la gente a la que te invita a dichas celebraciones.
Pero el problema se agrava más porque no solo te haces copartícipe con el pecado que se celebra, sino que con tu asistencia transmites un mensaje para los que te ven, y si un cristiano inmaduro en la fe te ve a ti “que lleva más tiempo” participar en ese tipo de celebraciones ¿acaso no se sentirá alentado a violar su conciencia para participar y aprobar ese tipo de uniones?, tal como Pablo amonestaba a los cristianos que participaban de las comidas dedicadas a los ídolos:
Pero ustedes deben tener cuidado de que su libertad no haga tropezar a los que tienen una conciencia más débil. 10 Pues, si otros te ven —con tu «conocimiento superior»— comiendo en el templo de un ídolo, ¿acaso no se sentirán alentados a violar su conciencia al comer un alimento que se ofreció a un ídolo? 11 Así que a causa de tu conocimiento superior, se destruirá un creyente[b] débil por quien Cristo murió. 12 Cuando ustedes pecan contra otros creyentes[c] al alentarlos a hacer algo que para ellos está mal, pecan contra Cristo. 13 Por lo tanto, si lo que como hace que otro creyente peque, nunca más comeré carne mientras viva, porque no quiero hacer que otro creyente tropiece. (1Co.8:9-13)
Pero tu podrás decir oye pero ¿donde queda la misericordia? quiero acompañar a un a este amigo o familiar en este tiempo especial para él y no quiero que se sienta menospreciado o mal, quiero que se sienta amado, apoyado.
Primero tenemos que la misericordia es hacer algo para ayudar o bendecir a la gente, no necesariamente “aliviar sus sentimientos”. Porque si con tal de que no se sienta mal celebras con él su pecado, lo que haces no es misericordia, sino un acto de desamor, pues lo estás perjudicando. Un acto de misericordia lo ayudaría genuinamente no superficialmente, y lo ayudaría aunque le duela. Recuerdo una película un hombre tenía la pierna gangrenada tenían que amputársela, pero no tenían medicamentos ni anestesia para cortársela sin dolor, pero si no se la cortaban perdería la vida. Por misericordia tuvieron que infligirle el dolor del serrucho y quitarle la pierna. Ahorrarle el dolor y dejarlo con el problema hubiera sido un acto de desamor no de misericordia. Así opera la misericordia. Otro caso, más común, es el de los solterones de treinta tantos que no trabajan sino que viven en casa de sus papás mantenidos por ellos —haciéndoles todo: lavandería, comida, etc. como si fueran menores de edad. Conozco casos de primera mano y los papás me dicen que lo hacen por misericordia. Pero igual que el caso que el de la pierna, la misericordia mal aplicada es un acto de desamor. Estos padres querían ahorrarle el estrés, el batallar y el sufrir de su hijo, cuando en realidad correrlo de la casa sería lo mas amoroso que podrían hacer por él. Dios hace lo mismo con nosotros, muchas veces nos provoca tristezas por amor. Esta tristeza fue la que ocasionó Pablo con su carta a los corintios:
Si bien los entristecí con mi carta, no me pesa. Es verdad que antes me pesó, porque me di cuenta de que por un tiempo mi carta los había entristecido. 9 Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido, sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna manera los hemos perjudicado. 10 La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. (2Co.7:8-10)
Todo esto nos enseña que no podemos caer en el juego que el mundo quiere jugar para manipular a los cristianos. Este juego que te dice que es malo “ofender los sentimientos de alguien más”, o que te dice que “debemos poner las sentimientos del prójimo por encima de la verdad, la justicia o las ordenanza de Dios”… ¡aguas con eso! Si por causa de la justicia, si por causa de la verdad, si por causa de la moral la gente se ofende, que así sea. No podemos comprometer los principios de Dios por efímeros sentimientos de bienestar que el hombre pueda tener. Hacerlo ofende a Dios, perjudica al prójimo, y nos acarrea juicio. Apendamos de Jesús no caía en ese juego:
Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? 13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. (Mt.15:12-13)
Mantenerte firme en tu posición puede ocasionarte el odio de la gente, tal como a Jesús le sucedió(Jn.7:7)… pero hey!, Jesús nos advirtió:
El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. 25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa? (Mt.10:24-25)
y si te avergüenzas de la posición que Cristo nos enseña que debemos de tomar en estos asuntos, te doy esta solmene advertencia que Jesús nos dio:
Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. (Mr.8:38)
En conclusión: mantente firme en tu posición y no cedas a la manipulación del mundo. Si la persona se entristece porque hay gente que no celebra su pecado junto con él, ten por seguro que es la tristeza que Dios nos infunde para arrepentimiento y salvación de nuestras almas.
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