Saltar al contenido

Nuevo Nacimiento

Daniela,

     Te he mencionado en algunas de nuestras conversaciones el nuevo nacimiento pero ahora quiero escribirte más a profundidad acerca del tema, así mismo voy compartirte lo que la biblia dice acerca de tan importante acontecimiento, tanto que el mismo Jesús dijo que sin él no podrás ver el reino de Dios. A continuación está el pasaje del evangelio según Juan donde Jesús habla del nuevo nacimiento:

 

3 Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos.  Una noche, fue a hablar con Jesús:

—Rabí —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.

Jesús le respondió:

—Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.

—¿Qué quieres decir? —exclamó Nicodemo—. ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo?

Jesús le contestó:

—Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu.  El ser humano sólo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo.  Así que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”.  El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del Espíritu.

—¿Cómo es posible todo esto? —preguntó Nicodemo.

10 Jesús le contestó:

—¿Tú eres un respetado maestro judío y aún no entiendes estas cosas?  11 Te aseguro que les contamos lo que sabemos y hemos visto, y ustedes todavía se niegan a creer nuestro testimonio. 12  Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales? 13 Nadie jamás fue al cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre bajó del cielo. 14 Y, así como Moisés levantó la serpiente de bronce en un poste en el desierto, así deberá ser levantado el Hijo del Hombre, 15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

18 »No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios. 19 Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas. 20  Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto, 21  pero los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que están haciendo lo que Dios quiere.
     Primero un poco de contexto. Jesús había comenzado a predicar la buena noticia y ya había mucha gente siguiéndole por todas las señales y milagros que hacía. Nicodemo era un maestro respetado de los judíos, pero dentro de él había una inquietud de conocer más de Dios, un vacío que necesitaba ser llenado, y Jesús parecía estar haciendo muchas cosas que un hombre sin Dios simplemente no podría hacer. Así pues Nicodemo busco hablar con él personalmente, y lo hizo de noche porque no quería ser visto por sus iguales, los demás líderes judíos, ya que ellos no estaban de acuerdo con las enseñanzas de Jesús. Y cuál fue su sorpresa cuando Jesús le dijo que era necesario nacer de nuevo: ¿Qué quieres decir? ¿Cómo puede ser?.
 
     Ahora hay que ver un poco de la Creación y la Caída. En el Génesis Dios, después de crear los cielos y la tierra, crea al hombre. Dios deseaba tener una relación con él hombre basada en amor, por tanto le dio al hombre voluntad propia y la opción de elegir estar con él o no, de otra manera el hombre nunca se hubiera separado de él, porque no había otra opción. En el capítulo 2 del libro del Génesis Dios  le dio un mandato acerca del fruto de un árbol, el árbol del conocimiento del bien y del mal, dijo: “si comes de su fruto sin duda morirás” Gen2:17. Aquí Adán estaba perfectamente cociente de lo que significaba morir, era primeramente a una muerte espiritual, una desconexión de Dios con él. Ya no podría estar más en su presencia. Con todo decidió comer del fruto y ya no estuvo más delante de Él, de tal forma que a partir de Adán y Eva todos nacemos desconectados de Dios, ya no le conocemos.
 
     Lamentablemente el hombre nace desconectado de Dios y no le conoce, por tal motivo peca por naturaleza. Y la paga del pecado es muerte. Somos culpables de Juicio.
 
En el libro de los Hechos17:30 de los apóstoles dice: 
‘En la antigüedad Dios pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él. Pues él ha fijado un día para juzgar al mundo con justicia por el hombre que él ha designado, y les demostró a todos quién es ese hombre (Jesús) al levantarlo de los muertos’.
 
     A veces pensamos que nosotros no somos malas personas, que no merecemos un castigo, La biblia menciona en varios textos: No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. Y en cuanto a eso Pablo dijo:
 
Y tú, que juzgas a otros por hacer esas cosas, ¿cómo crees que podrás evitar el juicio de Dios cuando tú haces lo mismo?   ¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado? (Romanos2:1)
 
     Jesús mencionó que el vino a darnos vida,  y si dijo que vino a dar algo es porque no lo teníamos sino ¿para qué darnos lo que ya tenemos?. Se refiere a la vida espiritual a una reconexión con Dios. En Jesús hay Redención.
 
Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto   que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)   Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús. (Efesios2:4-6)
 
Mas adelante dice acerca de lo que Jesús hizo por ti:
 
Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Entonces, como se nos declaró justos a los ojos de Dios por la sangre de Cristo, con toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios.  Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo.  Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios. (Romanos5:8-11)
 
¿Cómo es que puedes tener esta relación íntima con Dios? Bueno esto comienza por creer y después confesar lo que crees como lo dice Pablo en Romanos 10:9
 
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios y es por confesarlo con tu boca que eres salvo.
 
Ahora bien, ya que has creído y confesado entonces, como dice el apóstol en 1Juan5:1
 
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha llegado a ser un hijo de Dios.

Naces de nuevo, y vienes a ser parte de la familia de Dios: 

 
Ahora todos podemos tener acceso al Padre por medio del mismo Espíritu Santo gracias a lo que Cristo hizo por nosotros. Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios. (Efesios2:18)

Espero que esta reflexión te sea de provecho.

Bendiciones.

JL

 
 

Los comentarios están cerrados, pero los trackbacks y pingbacks están abiertos.

Descubre más desde Epistolas

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo